¿Cómo nos golpea el factor de impacto?

Está el tiempo un poco revuelto en tierras de la publicación de artículos científicos. Resulta que en los USA la editorial Elsevier está haciendo presión para sacar una ley contra el acceso libre a la investigación científica. Por esto y otras cosas la comunidad científica trata de boicotear a dicha editorial (ver la noticia aquí y aquí). Por otro lado existen multitud de revistas, y algunas sólo sirven para engordar el ego de los autores que publican en ellas y la cartera de los dueños de la editorial (ver aquí).

En esta entrada voy a explicar un poco cómo funciona la publicación de artículos científicos:

Cuando un científico consigue resolver un problema medianamente interesante escribe un artículo donde cuenta cómo lo ha hecho. Una primera versión que al autor le gusta (y que cree que está bien) es enviada a una revista. La revista se suele elegir de acuerdo a la dificultad del problema resuelto, las técnicas usadas y el área de conocimiento de manera que se optimice “la calidad” de la revista. Lo que pasa es que medir “la calidad” es un tema muy peliagudo. Para ello se suele utilizar el factor de impacto (aunque no está claro que esto esté bien hecho). Remarco aquí el hecho obvio de que el trabajo del científico lo paga, normalmente, el Estado, no una editorial.

Cuando un editor recibe un artículo lo manda a un revisor (en el argot, a un referee). Esta persona ha sido elegida porque tiene amplios conocimientos en el tema del que trata el artículo y su nombre será mantenido en secreto por el editor. De esta manera se asegura una evaluación por una persona cualificada y que no debe preocuparse por las consecuencias de su veredicto. Y otra cosa no menos importante, el trabajo del revisor es gratuito. Efectivamente, habéis leído bien, un doctor en alguna ciencia y reputado investigador trabaja gratis una parte de su tiempo.

Tras un tiempo prudencial (normalmente muy largo) el revisor envía su informe recomendando la publicación del artículo sin modificar nada, con ligeras modificaciones o directamente lo rechaza. En el caso favorable, el autor hace los cambios si los hubiera y el artículo aparece en la revista en cuestión. En otro caso el autor puede elegir mandarlo a una segunda revista. Para leer el resultado final del trabajo los científicos compañeros del autor deben pagar mucho dinero. Por dar una cifra el CSIC se gasta anualmente 9 millones de euros.

Los derechos de la versión del trabajo final, la que se publica como artículo en un número de la revista ya no es del científico autor del trabajo. Sin embargo, normalmente (depende de la editorial) si tiene los derechos de las primeras versiones (en el argot “preprints“) y de la versión revisada tras el informe del revisor (en el argot “postprint“). Estas versiones pueden colgarse en sus webs, en repositorios como Arxiv o donde uno quiera.

Así que resumiendo, el trabajo lo hace el autor de la investigación y el revisor y lo cobra Elsevier. Para que luego digáis que los investigadores somos listos.

Además, las revistas proliferan. Cada vez hay más. Y a los investigadores para sacar una beca o un contrato se les exigen cantidades ingentes de artículos indexados en la ISI Web of Knowledge (con factor de impacto). Resulta que Einstein podía ser un genio sacando “solamente” la relatividad, el movimiento browniano y el efecto fotoelectrico, pero para ser un postdoc en España uno tiene que tener nosecuantos artículos. ¿Qué ocurre con eso? pues que se recurre a lo que sea. A publicar artículos poco interesantes y a repetir la técnica hasta la náusea. Esto por si mismo, no es ni malo ni bueno, creo yo. Uno hace lo que puede, sabe o quiere. Lo que está mal es evaluar la cantidad equiparándola a la calidad. Acabo con una frase que he escuchado a gente ilustre:

“con ese criterio Corín Tellado sería mejor que Cervantes” 

 

Resolviendo la ecuación de ondas…

Tradicionalmente los matemáticos que trabajamos en el área de ecuaciones en derivadas parciales estudiamos problemas que vienen de procesos físicos. Es el caso de la ecuación del calor, la ecuación de Poisson o la ecuación de ondas. En esta entrada vamos a exponer dos métodos para resolver la ecuación de ondas. Estos métodos al tener un planteamiento distinto dan una información distinta. Veremos así diferencias entre pensar en las ecuaciones sólo o pensar en el fenómeno que modelizan. La ecuacion de ondas es
\displaystyle\partial_t\partial_t u=\partial_x\partial_x u,
junto a dos valores iniciales (tiene dos derivadas en tiempo) y las condiciones de contorno, que aquí tomamos dirichlet homogéneas. Esta ecuación refleja la separación del equilibrio de la cuerda en tiempo t y en el punto x.
Jean Le Rond D’Alembert demostró que si consideramos toda la recta (es decir, sin contornos) entonces podemos escribir la solución como una superposición de ondas, una que viaja hacia la derecha y otra que viaja hacia la izquierda. Estas ondas se escriben en función de los valores iniciales. Podemos hacer lo mismo en dominios acotados o semi acotados, pero es más lío.
Esta aproximación es puramente teórica, muchas ecuaciones admiten solución en forma de onda viajera (por ejemplo la de Fisher-Kolmogorov, \partial_t u=\partial_x\partial_x u +u(1-u) ). En este caso podemos esperarlo si observamos que podemos ‘factorizar’ el operador como dos operadores de transporte   Continue reading

De cuerdas y tambores, o cómo la física aparece en un problema de matemáticas

Cualquier estudiante de física tiene claro o al menos intuye cómo aparecen las matemáticas al estudiar problemas de física. Hoy vamos a hablar de cómo aparece la física en un teorema abstracto de matemáticas. Continue reading

A Francisco Gancedo le conceden el premio “Real Maestranza de Caballería de Sevilla”

¿Cómo empezar bien el año? Pues recibiendo un premio. Esa ha sido la manera de comenzar el 2012 de Francisco Gancedo ya que la Real Academia Sevillana de Ciencias le ha concedido el premio “Real Maestranza de Caballería de Sevilla” por sus investigaciones en el estudio de problemas de frontera libre asociados a interfases entre fluidos incompresibles. O de otra manera: olas en diversas situaciones (puede leerse una entrada sobre el tema aquí).

¡Felicidades Paco!